Vegetación y árboles del Parque Nacional Radal Siete Tazas: un bosque nativo lleno de historia
El Parque Nacional Radal Siete Tazas, en plena precordillera de la Región del Maule, no solo deslumbra con sus cascadas y pozones. También es un destino imperdible para los amantes del bosque nativo chileno. En sus senderos, tanto en el sector Siete Tazas como en Parque Inglés, es posible recorrer un paisaje dominado por árboles endémicos y especies que solo crecen en esta parte del mundo.
Entre helechos, arbustos y flores nativas, destacan especies icónicas como el radal, el ciprés de la cordillera, el roble maulino, el coigüe y el raulí, formando un mosaico vegetal que cambia con las estaciones y da vida a uno de los ecosistemas más ricos de la zona central andina.
El radal: el árbol que da nombre al parque
El radal (Lomatia hirsuta) es un árbol nativo de hojas perennes, corteza rugosa y flores pequeñas de color blanquecino que crecen en racimos. Es resistente, crece en laderas soleadas y bordes de bosque, y juega un rol importante en la regeneración natural del ecosistema. Su madera es muy valorada y su presencia está asociada a suelos bien drenados. Este árbol es tan representativo de la zona que da nombre al parque: Radal Siete Tazas.
Ciprés de la cordillera: el guardián de las alturas
En las zonas más altas y rocosas del parque crece el ciprés de la cordillera (Austrocedrus chilensis), una conífera de lento crecimiento que se adapta a condiciones extremas. Este árbol es un verdadero testimonio de resistencia, capaz de vivir más de 500 años. Su madera, de agradable aroma, fue altamente codiciada en el pasado, lo que hace aún más valiosa su conservación actual.
Roble maulino, raulí y coigüe: el corazón del bosque
El roble maulino (Nothofagus glauca) es una especie endémica del centro de Chile y muy abundante en el parque. Sus hojas verdes brillantes en primavera se tornan doradas en otoño, ofreciendo paisajes espectaculares. Lo acompaña el raulí (Nothofagus alpina), de hojas más grandes, y el coigüe (Nothofagus dombeyi), que prefiere las quebradas húmedas. Estos tres árboles forman parte del género Nothofagus, fundamentales en la estructura del bosque templado.
Peumo, boldo y litre: los representantes del bosque esclerófilo
En zonas más secas del parque también están presentes especies típicas del bosque esclerófilo chileno, como el peumo (Cryptocarya alba), el boldo (Peumus boldus) y el litre (Lithraea caustica). Son árboles y arbustos resistentes a la sequía, que entregan refugio a aves y mamíferos, y conservan parte del paisaje vegetal original de la zona central.
La vegetación del Parque Nacional Radal Siete Tazas, y en especial sus árboles nativos, no solo forman parte del paisaje: son la base del ecosistema y un tesoro natural para conocer y conservar. Caminar bajo estos árboles, reconocer sus hojas, oler su corteza y sentir su sombra es parte de una experiencia única en contacto con la naturaleza.
Recuerda siempre seguir los senderos oficiales, no extraer flores ni ramas, y respetar las normas del parque. La biodiversidad que hoy admiramos es el resultado de siglos de equilibrio natural, y es tarea de todos cuidarla para las futuras generaciones.